martes, 26 de octubre de 2010

Crear un mundo a tu manera, tu vida.

Dos y dos son cuatro, aquí el gato es el malo y persigue al ratón, prohibida la venta de alcohol y tabaco a menores de dieciocho, a las doce en casa, hay que lavarse las manos antes de comer, hay que respetar los pasos de peatón, hay que tirar los papeles a la papelera, no se puede poner la música demasiado alta, no se pueden herir los sentimientos de los demás, hay que saber jugar limpio, hay que saber perder. A los mayores no se les contesta, apaga el móvil y deja el Internet. No hay que enseñar mucho escote, ni ligar mucho, porque te pueden confundir. Llevar los labios rojos es de putas, salir del armario es algo anormal, limpiar tu habitación es algo obligatorio, estudiar mucho para después trabajar. ¿Hay algo que se pueda hacer aquí que no sea una tortura?
Ser libre, ocho por ocho te comes un bizcocho, no sentar nunca la cabeza, poner los pies sobre la mesa, llegar tarde, beber hasta que no puedas más, contestar a todo lo que te digan, cruzar sin mirar; decir lo que quieras cuando quieras, hacer trampas al jugar, reírte a carcajadas si te regañan y salir por la ventana si te castigan.
En resumen, vivir la vida a tu manera y ser feliz.
Poder hacer siempre lo que yo quiero.

lunes, 25 de octubre de 2010

-Cuando crees comerte el mundo con una sonrisa, cuando sientes que nada puede pararte, cuando notas que mil hormigas recorren tus tripas sin saber porque, cuando hablas y no sabes ni lo que dices, cuando te ves rodeado de la gente que quieres, cuando no sabes porque pero te sientes bien, cuando ves que hace mas sol que ayer, y los recuerdos dejan de dolerte. Entonces, es cuando eres feliz.

domingo, 24 de octubre de 2010

Absolutamente nadie.

Nadie. Nadie lo haría. Nadie en su sano juicio se callaría sin más, se daría media vuelta y lo olvidaría sin darle más importancia.
Sería como una traición a ti mismo. Una persona normal buscaría su venganza. Más tarde o más temprano la buscaría.
¿Que no está bien la venganza? Ya lo sé. Todos lo sabemos. Pero eso no impide a nadie realizarla. Es como un impulso, es inevitable.
A veces, quien la consigue, se siente satisfecho consigo mismo.
Otros se sienten peor.
La gente tiende a confundir venganza con rencor. Sin embargo son dos cosas muy diferentes.
El rencor es no olvidar lo que te han hecho. La venganza es tomarte la justicia por tu propia mano.
Yo personalmente, no las confundo, sé perfectamente cual es cual.
Lo sé por un motivo muy simple:
-Yo no soy rencorosa, simplemente, vengativa.