viernes, 5 de agosto de 2011

Será porque aún me importa lo que tus ojos dicen.


Y si me tengo que quedar aquí hasta que te tranquilices, si tengo que esperar a que te duermas acariciándote, lo haré. Sé que estás mal, que me necesitas, y no voy a fallarte. Tú me fallaste, me hiciste daño, mucho daño, y lo sabes. La que parece que no lo sabe soy yo.
Ahora estás mal, me necesitas más que nunca y yo podría haberte dado la espalda. Podría haberme vengado por todo, es más, posiblemente debería, pero no pienso hacerlo. Si tú fuiste capaz de hacerme daño yo no, no soy así, no puedo verte así y quedarme tan tranquila. Voy a cuidarte, te lo prometí, te dije que siempre estaría contigo pasase lo que pasase, y yo no miento, aquí estoy, a tu lado, acariciándote el pelo en silencio, aguantándome las lágrimas mientras recuerdo cuando podía hacer esto más a menudo sin que hiciese falta que ocurriese nada malo. Lo único que espero ahora mismo es que llegue mañana, que estés bien y yo tenga que marcharme. No voy a decir nada, simplemente me aseguraré de que estás bien, recogeré mis cosas y me iré. No espero nada más. No espero que espero que me pidas que me quede, ni espero que corras hacia mí y me abraces para evitar que me vaya. No espero que te disculpes, ni tampoco que me beses y me pidas que volvamos a estar como antes prometiéndome que vas a cuidarme y a quererme siempre, es sólo, que si no lo haces.. no creo que pueda soportarlo.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Decepcionantemente llamado amor.

Creí que me arroparías si tenía frío, que te enfrentarías a todo lo que se interpusiese entre tú y yo, pensé que eras.. no sé, ¿perfecto? Parece que no me conozco lo suficiente, después de todo aún sigo creyéndome mis propias fantasías.. pobre ilusa. Pero es que no te imaginas, no te puedes imaginar lo que sentía al pensar que en vez de marcharte, cuando me diese la vuelta me abrazarías. Es que es indescriptible el vuelco que le das a mi corazón cada vez que apareces de repente. Jamás creí que mereciese tanto la pena cerrar los ojos, dejarme llevar. Me hiciste tan, tan, tan feliz, que aún hoy no me he hecho a la idea de que no estés, que te hayas ido y que puede que no vuelvas nunca.

martes, 2 de agosto de 2011

Sólo me queda rapearte y decirte que mi salvación es recordarte.

-Ojos que no ven, corazón que no siente.
''¿Enserio? ¿Sólo piensas decirme eso?''.. Fué lo primero que pensé.
¡Pues claro que lo siento! Te siento, siento que me faltas, siento que si no estás me falta algo, lo fundamental.
+..Te quiero.
Fué lo último y lo único que te dije. Un ''te quiero'' ahogado, caído en el olvido. Después de lo que me dijiste no sabía qué decirte. Ya tenía pensado decirte eso, pero de otra forma. Pensé que lo arreglaríamos, que todo volvería a estar bien, los dos juntos, felices, como antes. En ese momento empecé a dudar si elegí quererte, dicen que esas cosas no se eligen, y lo creía, pero te dije que te quería después de lo que me dijiste, y lo peor es que era cierto, sentía que te quería, que no quería que te fueses, que te necesitaba, que te necesito, y si te vas.. no sé, no lo sé, no tengo ni idea de qué hacer, no sé ser sin tí.

domingo, 31 de julio de 2011

Necesito tu sonrisa para ser feliz.


Un día en el que recuerdas lo mal que supiste decidir. El día en el que te das cuenta de que cometiste el peor error de tu vida. Recuerdas como dejaste que se marchase, cómo en parte lo deseabas y él seguía viviendo con normalidad. Sólo le deseaste una cosa antes de que se fuera: que fuese feliz por encima de todas las cosas. Y lo fué, desde el primer momento, lo que no pensaste es que tu felicidad se iría con él. Y mientras él era feliz, tú tenías ese gran vacío que te decía que él se había ido. Sabes que pase lo que pase no encontraras a nadie como él, nunca.
¿Que si lo echas de menos? por supuesto, desde el primer momento. Es ahora cuando te das cuenta de que harías cualquier cosa por él, aunque te cueste tu felicidad. Sabes que lo quieres, que aún no has podido cambiarlo, y tienes miedo de que siga siendo así para siempre.