Nadie quiere aceptar su culpa, aunque sepa que es lo único correcto.
Todo el mundo dice que la vida y el destino son injustos, pero aquí las únicas injustas son las personas.
Aprender a ser feliz con las pequeñas cosas, a sentirse inmensamente bien con cosas insignificantes para los demás, a apreciar lo más mínimo que la vida te dé, eso es lo mejor que puede pasarte.
Porque el destino solo es caprichoso cuando las personas lo son más que él, cuando se harta y juega con los desagradecidos y egoístas.
Nadie es justo con los demás, nadie sabe pensar en lo que realmente el mundo necesita, solo piensan en sí mismos, y lo demás no importa, ese es el problema.
Así que, la próxima vez que pienses que el destino es injusto contigo, piénsalo bien, date cuenta de que algo estás haciendo mal.
Siempre puede sorprenderte, aún puede ayudarte.
No todo el mundo tiene dos oportunidades siempre, es más, es raro tener la misma oportunidad más de una vez, así que piensa que hay historias por vivir, canciones por oír, mil imágenes que ver aún,y muchas cosas más por hacer, y que no puedes jugártelo todo a una sola carta, sé consecuente, no pienses solo en el presente.
