martes, 27 de septiembre de 2011

Alguien que ha amado, siempre tiene cicatriz.

Poco puede importar a estas alturas lo que pensases de mí, una vez que la historia tiene final y se cierra el libro, lo que queda sin leer queda en el olvido.Pero siempre queda algo entre líneas, cosas que los personajes nunca llegaron a decir, cosas que quizás no deberían haber callado, o que su destino era no decirlas nunca.
Pero siempre duele lo que queda guardado, aquello que espera el momento perfecto para salir a la luz, y que ve el final sin haber podido salir.
Nunca sabré si duele más lo que no llega a ocurrir que lo que ocurre y se acaba sin querer.

Todo lo que ocurre tiene un motivo y todo motivo tiene sus razones, las cosas no suceden porque sí, y aún quedan sonrisas en los peores momentos, y lágrimas cuando más feliz te sientes.Pero, siempre te quedará el resquemor de la soledad ante tanta dicha por todas partes. El ver la perfección rodeándote mientras tú sigues llena de fallos, fallos que no cualquier remiendo arregla, y solo puedes conformarte, desahogarte en un silencio amargo y continuar día tras día viendo tu vida pasar mientras, todo sigue perfecto, todo excepto tú.

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