
Por
pedir puedo
pedir mucho. Podría
pedírtelo todo, hasta el infinito e incluso más y no me cansaría. Podría pasarme
una vida entera pidiendo y hasta que me
muriese no pararía de
pedir. Puede que sea el mayor defecto del hombre, sus
incansables ganas de
pedir y su
eterna insaciabilidad. Y lo peor no es eso, sino el
egoísmo que las acompaña. Y estas cosas han creado este mundo, un mundo en el que todo el mundo
pide, nadie
da y todos se quejan de que no
reciben.
Pero ahora el mundo me importa poco, realmente poco. Hay cosas mucho más importantes de las que me debería haber encargado hace tiempo, y puede que aún no llegue tarde, por eso quiero intentarlo.
Como iba diciendo, por pedir podría pedírtelo todo, absolutamente todo; pero por querer, solo quiero una cosa, te quiero a tí. Y con eso ya lo tengo todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario