viernes, 17 de junio de 2011

-Te quiero.

Pocas cosas me han importado en el mundo igual que tú. Es cierto, soy una despistada, no le doy importancia a las cosas, y no me doy cuenta del valor que tienen hasta el momento en que sé que las voy a perder.
Me suelo preocupar más de los demás y de lo que les pueda pasar que de mí misma. Me gusta cuidar a la gente que quiero, protegerla y ayudarla, y no espero nada a cambio, lo hago porque quiero. Y también ver a la gente feliz, a mi gente, esa es una de las cosas de esta vida que más me gusta. Soy de una manera diferente, no creo que sea como los demás, no soy tan fuerte como parezco, ni tan débil como me creo. No suelo tener las cosas claras, a menudo soy indecisa y torpe, testaruda e incluso irritante, pero sé que pase lo que pase acabo consiguiendo sonreír y ser feliz. No sé vivir triste.
Y aunque parezca estúpido, quiero decirte una cosa, me llegaste a importar más que nadie, llenaste cada uno de mis pensamientos de tí, de tu sonrisa, del eco de tu voz, de cada uno de los imperceptibles movimientos de tu cuerpo que mis ojos captaban.. Llegaste a ser más que cualquier cosa para mí, y no me preguntes cómo porque ni yo misma sabría decírtelo. Solo quería decirte que seas feliz, por encima de todas las cosas, y que por nadie ni por nada en este mundo dejes de ser tal y como eres. Quiero que sigas siendo libre, irreductible, tú..
Y por último, decirte que no podré volver a estar contigo, no en persona, pero que sepas que sigo teniéndote dentro, muy dentro de mí. Quiero que sepas que aún sigo mirando a todos lados cuando voy por la calle por si estas allí. Quiero decirte, que sigo necesitándote, sólo a tí.

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