domingo, 3 de julio de 2011

Cuando tienes tanto que decir y no dices nada.

Parece mentira, a tí que te gusta hacer las cosas a tu manera, que odias que te digan cuando has de hacer las cosas o que te metan prisa. A tí que te encanta reír a carcajadas, salir hasta tarde, pasar el tiempo solo con personas que te hacen reír sin parar. A tí que solo te enamoras si el chico te gusta desde el primer momento y te encaprichas de los que sabes que son imposibles porque te encanta imaginar que son como no son. A tí que te gusta creer que la perfección existe, que está ahí fuera, que solo hay que buscarla. A tí, testaruda como nadie, tierna como la que más, a tí que te encanta demostrarle a la gente que quieres eso, que les quieres y que estás dispuesta a todo por ellos. A tí que te encanta dormir y cuando te emociona algo te pasas la noche en vela. A tí que con cada canción te inventas una historia. A tí que no puedes reprimir tu sonrisa con ciertas fotos. A tí que de rencorosa tienes poco, a pesar de que no olvidas nada. A tí que no sabes decir que no, que te gusta ver a todos felices a tu lado, a tí que antepones a los demás ante tí. A tí que te encanta decir lo que piensas aunque muchas veces no lo hagas por miedo a qué dirán. A tí que te equivocas y te caes sin parar y te levantas con una sonrisa en la cara, pero la procesión la llevas por dentro. A tí que no consideras que existan los defectos, solo son cualidades, todos nos equivocamos. A tí que odias que te recuerden tus errores para restregártelos. A tí que no le harías daño a una mosca pero que si quisieras podrías hacer mucho daño. A tí que no sabes ser mala, solo sabes ser fuerte, indestructible y callártelo todo por no preocupar a los demás. A tí, te ha comido el corazón Cupido, y una vez más, ha conseguido dejarte hecha polvo.

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