Por no darme todo aquello que tanto necesité, gracias.

Te fuiste. Te fuiste y te llevaste todo lo que tenía dentro de mí, me dejaste vacía, vacía de tí. Vacía de todos esos pensamientos que me alegraban el día, vacía de sueños, porque yo soy una soñadora, no puedes llevarte mi espíritu, lo que te llevas son mis sueños. Vacía de lo que llegué a creer que nunca se desprendería de mí. Te lo llevaste todo, absolutamente todo, arrasaste conmigo y te fuiste tal y como entraste: rápidamente y sin avisar.

Tenía miedo, sí, tuve miedo de que esto pasase, creí que no podría seguir sin tí. Pero te doy las gracias, por todos lo recuerdos en fotos que nunca dejaste, por todos aquellos besos que no me diste, por lo abrazos que tanto esperé y nunca recibí, gracias, de verdad, me has enseñado mucho, en muy poco tiempo, te has ganado un récord. El récord en cómo atrapar mi corazón en un tiempo increíble. Y créeme, tienes tu mérito, no es tan fácil como parece.